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Disfagia. Síntomas y cuidados.

¿Cómo sabemos si a nuestro familiar o a nosotros mismos nos cuesta tragar?

Podemos observar:

–  Atragantamientos durante las horas de las comidas.
– Tos, carraspeo, durante y/o después de las comidas.
– Cambios en el tono de voz después de las comidas.
– Reducción en la cantidad de alimento y, como consecuencia, alteraciones nutricionales.
– Neumonías e infecciones recurrentes.
– Babeo y dificultad para el manejo del alimento y/o de la saliva.

¿Cómo podemos ayudar desde casa?

En líneas generales, podemos prestar atención a estas recomendaciones generales, aunque se deben especificar pautas a la familia y a la persona según sus necesidades y características:

– Evitar que la persona coma sola.
– Mantener una correcta posición a la hora de la comida, priorizando la silla a la cama siempre que sea posible.
– No comer en momentos en los que la persona esté más somnolienta o cansada.
– Usar el tamaño de cubiertos recomendados en función de su valoración.
– Si la persona no es autónoma para comer, colocarnos a su altura para evitar extensión de cabeza.
– Mantener una correcta postura durante el momento de la alimentación y los siguientes 30-45 minutos aproximadamente
– No proporcionar distracciones a la hora de la comida. Estar en un ambiente cómodo y relajado.
– Realizar una correcta higiene bucal antes y después de las comidas.
– Llevar a cabo las recomendaciones de adaptación de los líquidos o sólidos, si las hay, según las recomendaciones de un logopeda, así como las técnicas compensatorias o maniobras posturales.
No es recomendado beber con pajita, siempre es mejor por cucharilla o vaso según sus características.

Adaptación de las ingestas

– Importante evitar la deshidratación, se pueden emplear:

  • Espesantes.
  • Agua gelificada.

– Para la modificación de la textura y la cantidad del alimento:

  • Espesantes naturales como gofio o alimentos que espesen de forma natural (goma guar, goma xantana, legumbres, almidón de maíz, harina de arroz, etc.)
  • Uso de cubiertos con el tamaño adecuado.
  • Uso de moldes que favorezcan el aspecto visual del alimento.
  • Proporcionar los alimentos de forma aislada, manteniendo su sabor y manteniendo sus propiedades lo máximo posible.

Para hacer un diagnóstico preciso, así como las adaptaciones pertinentes, es necesario acudir a un logopeda que identifique signos y síntomas clínicos de una posible disfagia y se confirme el diagnóstico mediante pruebas clínicas como una videofluoroscopia.

Aguas gelificadas de distintos sabores para la hidratación


Moldes para la preparación de alimentos de Smoothfood


También hablamos de disfagia en nuestra cuenta de instagram, ¡haz click aquí!

Día Mundial de la Motricidad Orofacial

Con motivo de la celebración del día mundial de la motricidad orofacial vamos a hablaros un poquito más sobre este concepto.

La motricidad orofacial se trata de la intervención para el buen funcionamiento de funciones como la respiración, masticación, deglución, succión y habla y la normalización y regularización de la musculatura implicada en ellas.

Las enfermedades neurodegenerativas y el daño cerebral afectan directamente e a estas funciones por parálisis de la musculatura, alteración en los pares craneales que inervan esos músculos interfiriendo en la correcta coordinación del movimiento y tono o también por degeneración de esos nervios.

Estas no son las únicas causas, ya que las alteraciones en el desarrollo y la estructura orofacial con un mal crecimiento craneofacial y mandibular también pueden influir directamente a dichas funciones.

Por lo tanto, la motricidad orofacial actúa en todos los rangos de edad, desde la primera infancia hasta la vejez.

Primera infancia
– Si tu hijo tiene dificultades en la succión y amamantamiento.
– Si tu hijo está desarrollando la cavidad oral de forma incorrecta por un mal posicionamiento de la lengua o respiración oral.
– Si tu hijo tiene un babeo constante.
– Si tu hijo no consigue producir correctamente los sonidos del habla.
– Si tu hijo no introduce nuevos alimentos por dificultades en su masticación y deglución.

Edad adulta
– Si constantemente notas dolor en la mandíbula y crujidos al abrir y cerrar (comer ciertos alimentos, bostezar, etc.)
– Si tienes bruxismo tanto de día como de noche y notas dolor o tensión.
– Si usas ortodoncia y necesitas reeducar la posición de la lengua a la hora de tragar los alimentos.

Vejez
– Si tienes dificultades para manejar la comida en la boca y/o tragarla de forma segura.
– Si notas debilidad en la musculatura implicada en la deglución de los alimentos.
– Si tienes dificultad para masticar los alimentos.

Alteraciones asociadas
– Si has sufrido un daño cerebral o existe una enfermedad neurodegenerativa que haya causado una hemiplejia y debilidad en la musculatura implicada en el habla.
– Si has sufrido un daño cerebral o existe una enfermedad neurodegenerativa que afecte directamente a la hora de tragar los alimentos y a manejarlos en la boca.
– Si has sufrido un daño cerebral o existe una enfermedad neurodegenerativa que afecte directamente a la musculatura implicada en la voz.
– Si has sufrido un daño cerebral o existe una enfermedad neurodegenerativa que afecte directamente a la coordinación de la respiración y, como consecuencia a la deglución, habla y voz.

En estos casos siempre es imprescindible consultar con el profesional adecuado para realizar una correcta valoración y la intervención ajustada a cada persona.

Material para trabajar motricidad orofacial.

Trabajo de sobrearticulación para la intervención en el habla.

Trabajo de la musculatura suprahioidea implicada en la deglución y habla.


Aquí nuestra publicación en Instagram sobre la motricidad orofacial.

Sistemas aumentativos y alternativos de comunicación

La comunicación es una de las principales funciones que se desarrolla desde el nacimiento y que permite a la persona comprender y expresar lo que necesita en cada momento. Son varias las situaciones que pueden provocar un daño en esta función. Entre ellas, se encuentran las enfermedades neurodegenerativas, un daño cerebral adquirido a causa de un ACV, traumatismo craneoencefálico o tumores cerebrales.

En este caso, vamos a hablar de la ELA, una enfermedad neurodegenerativa que limita la comunicación de la persona a la que se le diagnostica por diferentes circunstancias. Como consecuencia de la degeneración progresiva de las neuronas motoras de la corteza cerebral, tronco del encéfalo y médula espinal, se observa una alteración de la movilidad y ejecución de los movimientos de los músculos orofaciales, repercutiendo directamente en la comunicación y en el habla.

En los casos donde se produce una imposibilidad total para la producción del habla se denomina como anartria, ya que nos encontramos a una lesión central del sistema motor, implicando directamente a la musculatura que interviene en el habla.

La intervención en estos casos, se enfoca principalmente a resolver las barreras de comunicación de la persona brindando sistemas aumentativos o alternativos de comunicación en función de sus características.

En el proceso de implementación de un SAAC es muy importante valorar correctamente a la persona en todas las áreas y sus necesidades para conseguir un correcto sistema que se adecúe a ella.

Para ello, se elabora una valoración de la comunicación para llevar a cabo la toma de decisión en cuanto al mejor sistema a emplear. En ella se engloban aspectos como la valoración del área perceptiva, para ver si hay alteraciones auditivas o visuales que limiten el uso de algún SAAC; valoración del desarrollo cognitivo y social, para ajustar correctamente un futuro sistema de comunicación a sus capacidades, así como sus necesidades comunicativas en diferentes entornos familiares, sociales y lugares frecuentes y la exploración del área motora y manipulativa, para observar sus capacidades motoras generales, tanto de motricidad fina como gruesa, reflejos y nivel de autonomía en el movimiento.

De forma específica atenderemos a:

  • Estado general: déficit cognitivo, nivel atencional, memoria, conducta, seguimiento visual y SAAC utilizados con anterioridad.
  • Aspectos motores: silla de ruedas, control del cuello, valoración de miembros superiores e inferiores y desplazamientos.
  • Aspectos sensoriales: audición y visión.
  • Aspectos lingüísticos: comprensión oral, escrita, lectura y escritura.
  • Expresión oral: comunica de alguna manera, transmite información, realiza preguntas y articulación.
  • Métodos que emplea para comunicarse: expresión facial, mirada, gestos, vocalizaciones y otros.
  • Funcionalidad de la comunicación: con quién se comunica, cuando, ayudas que se le prestan y velocidad de la comunicación.
  • Aspectos tecnológicos: acceso informático, aplicaciones de uso habitual, ayudas técnicas y uso de aparatos electrónicos.
  • Aspectos sociales: conducta, aficiones, motivación para la implementación de un SAAC, opinión de la familia para su uso y situación económica.

Posteriormente a haber recogido toda la información, se valora qué sistema se adecúa más a la persona y se inicia su implementación.

En los casos en los que la movilidad y control de los miembros superiores es correcta, existen soportes gratuitos en los que se puede elaborar de forma sencilla un sistema de comunicación con diferentes tableros según las necesidades. Se emplean tanto imágenes, como palabra oral y escrita, pudiendo adaptarlo a cada persona.

En especial, nombramos a Asterics Grid, que permite crear los paneles necesarios, enlazarlos entre ellos y usar fotos reales. Además existe la posibilidad de asociar otras aplicaciones como Youtube para ver vídeos o escuchar música dentro del propio comunicador.

En cuanto a los no gratuitos está Grid 3. Se trata de una herramienta muy completa que permite funciones como usar el correo, Skype, uso de internet etc. dentro del propio comunicador.

El asistente de comunicación es otra aplicación que permite la comunicación únicamente con palabra escrita y con la opción de lectura en voz alta.

En fases más avanzadas de la enfermedad puede ser necesario el uso del Iris bond, otra herramienta empleada para la comunicación. Solo se necesita el movimiento ocular para la selección de las palabras en el tablero de comunicación, empleándose en casos donde la movilidad de los miembros superiores está comprometida. 


Hablamos de los SAAC también en nuestras redes sociales:

https://www.instagram.com/p/C2efrl_ty5M/

El papel del logopeda en pacientes con afasia

La afasia es un trastorno de la comunicación que cursa con una pérdida o alteración del lenguaje como consecuencia de una lesión cerebral (ACV, traumatismos, tumores, etc.)

La afasia puede afectar a la:

      • Expresión
      • Comprensión
      • Lectura
      • Escritura

Existen tantas afasias como personas, es decir, no se tienen que presentar todos los síntomas que se describen. La gravedad de los problemas de comunicación depende de la extensión y ubicación del daño cerebral. Por ello, los perfiles afásicos son heterogéneos y los síntomas pueden variar desde dificultades puntuales de acceso al léxico hasta la pérdida total de comunicación verbal.

De esta manera, la afasia puede provocar dificultades importantes desde el punto de vista social, personal y económico, ya que la comunicación es fundamental para tener una buena calidad de vida.

Los estudios sobre la recuperación de las afasias han determinado que las mejoras más importantes se producen en los primeros dos o tres meses, alcanzando los mejores resultados tras el año de intervención. Por ello, es importante fomentar la importancia de una intervención temprana, para así tener los mejores resultados y un mejor pronóstico.

Gracias a la logopedia los pacientes con afasia pueden mejorar las funciones comunicativas que le permiten tener una mejor calidad de vida. Una correcta estimulación del lenguaje promueve la recuperación, regeneración o reducción del deterioro de las áreas afectadas a nivel cerebral. El logopeda debe elaborar un programa de diagnóstico efectivo, para lo que es importante realizar una evaluación en profundidad en la que se valoran todos los componentes de la comunicación que están alterados.

En nuestra clínica utilizamos la batería Beta, esta permite explorar todos los procesos que intervienen en el lenguaje en todas sus modalidades, tanto oral como escrita y en compresión como en producción oral.

Una vez realizada la evaluación, se lleva a cabo un proceso de intervención flexible y centrado en las necesidades de la vida diaria, teniendo en cuenta las motivaciones e intereses de cada paciente.

A continuación, se inicia la rehabilitación, con dos objetivos: proporcionar medios para comunicarse más eficazmente y conseguir la máxima recuperación posible de las capacidades lingüísticas.

Por ello, en la intervención tenemos en cuenta las características propias del día a día de cada paciente, para así adquirir habilidades comunicativas prácticas que mejoren su calidad de vida.

Por último, otro componente fundamental a tener en cuenta en la intervención es la familia. Lo que significa, escucharla, incluirla y capacitarla a lo largo de todo el proceso. La participación de la familia puede incrementar notablemente los resultados de la rehabilitación. Se dan pautas y estrategias para que puedan realizar una estimulación ambiental del lenguaje y colaborar en el trabajo diario necesario para optimizar la recuperación.