Fisioterapia cardio-respiratoria
En fisioterapia respiratoria prevenimos, tratamos y estabilizamos las disfunciones o alteraciones del sistema respiratorio. Se lleva a cabo en bebés, niños, adultos o ancianos con patologías respiratorias, ya sean primarias o derivadas de otras enfermedades, como por ejemplo las neurológicas. Pueden ser crónicas como el EPOC, asma, fibrosis quística, bronquiectasias o enfermedades neuromusculares entre otras. O derivadas de procesos agudos como neumonías, bronquiolitis, paresia o parálisis diafragmática y otras complicaciones postoperatorias. El objetivo del tratamiento de fisioterapia respiratoria es mejorar la ventilación pulmonar, el intercambio de gases, el drenaje de secreciones, la función de la musculatura respiratoria, la disnea o la tolerancia al esfuerzo, entre otros muchos signos, síntomas y disfunciones del aparato respiratorio, ya que las enfermedades neurológicas afectan a la musculatura respiratoria y a los volúmenes pulmonares.
La fisioterapia cardio-respiratoria tiene un papel importantísimo en las enfermedades que cursan con atrofia muscular, como por ejemplo la esclerosis múltiple. También en aquellas que cursan con rigidez de la caja torácica y disminución de volúmenes pulmonares como el Parkinson.
Además de intervenir sobre la musculatura y la rigidez articular también se trata la capacidad cardiopulmonar para mejorar la resistencia al ejercicio. Por ejemplo, en la intervención del ictus no debemos olvidar que se trata de una enfermedad de origen cardiovascular que requerirá también en su recuperación el abordaje cardiovascular.